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Fundamentación, ¿en qué se basa?

Ignorar el hecho de que crecemos en relación con los otros y no contra los otros, aumenta significativamente el riesgo de conflicto interno

¿Recordáis la famosa cita de A. Einstein: “No es posible resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos”? Los Atractores Motivacionales son precisamente una herramienta para facilitar la conceptualización de las situaciones de conflicto desde nuevas perspectivas.

Lo que aprendemos del conflicto depende del sentido que le damos en cada caso. Históricamente, dicho sentido, a través del tiempo, generación tras generación, ha ido transformándose y conformando rasgos y hábitos culturales, transmitidos a través de la imitación o la enseñanza. Hoy, como profesional de la gestión de conflictos, puedes intervenir aportando tu pequeño granito de arena en este gran proceso.

A medida que nos vamos haciendo adultos y nuestra visión de la realidad se va haciendo más compleja, hemos de gestionar más cantidad de esperanzas y dudas que pueden producir estrés o angustia. Los miedos, actitudes egocéntricas, apegos, deseo, codicia, etc., pueden volverse, con la adversidad, más activos amplificando distorsiones cognitivas y complicando enormemente el diálogo constructivo y la resolución de conflictos interpersonales. De ahí la conveniencia de intervenir, el mediador, desde perspectivas lo suficientemente amplias y complejas como para ayudar a las partes enfrentadas a reinterpretar el conflicto con la serenidad y objetividad necesarias para orientarse creativamente hacia el consenso.

Hace ya algunas décadas, M. Csikszentmihalyi puso en relevancia el concepto de flujo. Este “flow” puede entenderse como “reto óptimo” que florece en el equilibrio entre el nivel de dificultad para disfrutar de una situación y las habilidades de las que dispone la persona, en ese momento, para hacerlo.

Desde luego, para gestionar, uno mismo, una situación conflictiva, ha de tener, para empezar, el propósito de conseguirlo. De ahí que hablemos de voluntariedad en Mediación. No obstante, tener dicho propósito, esa intención que motive el compromiso con la acción, no garantiza el éxito del resultado deseado. La experiencia de la vida cotidiana evidencia la distancia existente entre los propósitos y los logros. Tantas personas desean realmente resolver sus conflictos consensuada y pacíficamente, pero sólo con ello, muchas veces, no es suficiente.

Deseos, intereses, expectativas, valoraciones y otras tendencias motivacionales, determinan nuestro grado de compromiso con la acción. El nivel más consistente de dicho compromiso se sitúa en la intención o propósito firme de resolver un problema. Sin embargo, entre intención y conducta median una serie de procesos volitivos complejos que exigen que la persona haga ajustes frente a diversas tendencias dificultosas, tanto externas como internas, para lograr el objetivo propuesto. Precisamente, en ese proceso, cabe justificar la intervención del mediador o gestor de conflictos que aplica Atractores Motivacionales como herramienta facilitadora que no contempla formas de pensar mejores que otras, pero sí más consideradas, complejas e integrativas que otras.

Aplicar Atractores Motivacionales ayuda al gestor de conflictos a mantener la neutralidad y a ofrecer a las partes enfrentadas un escenario para la creación de nuevas alternativas, pues cuanto mejor se comprende la postura propia frente a múltiples otras perspectivas, mayor es la probabilidad de encontrar puntos de acuerdo.

Para que se dé crecimiento consciente, la complejidad del pensamiento debe equiparar o exceder a la complejidad del contexto

El concepto de Atractor Motivacional se inspira en aportaciones de disciplinas que estudian el desarrollo de las relaciones humanas y los procesos de aprendizaje desde perspectivas evolucionistas y evolutivas. Aquello que Don E. Beck relaciona con Memes de Valor, Ken Wilber con estadios de desarrollo de la conciencia, constructos como los niveles de conciencia de Richard Barret, etapas de desarrollo del Yo como los propuestos por Loevinger, o jerarquías clásicas como la de las necesidades de Maslow o la del desarrollo moral de Kohlberg, entre otros. Se ofrecen referencias bibliográficas en la pestaña “Bibliografía”.

Para el bienestar global de la humanidad, a largo plazo, los niveles superiores en complejidad son mejores que los inferiores y nuestro interés primordial como ciudadanos, debería ser promover ese movimiento ascendente.
Clare Graves

Para construir los cuestionarios que indican el Perfil de  Atractores Motivacionales frente al conflicto, he tomado como base, de acuerdo a las características métricas pertinentes,  los “Niveles de Existencia” explicados por Don E. Beck, los he cruzado con la matriz OCON (OnmiCuadrante – OnmiNivel) de Ken Wilber y aplicado a la resolución de conflictos. Posteriormente, los he ido aplicando en sesiones de mediación y talleres formativos desde el año 2012 y contrastado con las aportaciones desde los distintos modelos de mediación hasta  validarlos. Lo que os comparto a través de esta página web es el fruto de este trabajo.

Aplicando Atractores Motivacionales, he comprobado lo poderoso y eficiente que resulta esta herramienta a la hora de gestionar conflictos, pues  las personas reaccionan de manera mayormente colaborativa a estímulos que están en consonancia con su Atractor Motivacional predominante y trascienden posturas hacia el Atractor Motivacional que le sigue en complejidad.

Catalina Bernaldo de Quirós Vilkov